El diseñador de interiores tiene la función de crear espacios para habitar. Cuando esos espacios son públicos, como por ejemplos iglesias, además de diseñar tiene una función social muy importante, ya que crea un entorno de reunión de diferentes personas, cada uno con su pequeño mundo interior.Tiene que conseguir establecer un vínculo entre todas esas personas y su entorno.
Recordando cuando de joven iba los domingos a la iglesia, no podría decir que ese lugar, me evocara paz, más bien era todo lo contrario, una átmosfera sobrecargada de dolor, sacrificio y culpabilidad. Los bancos incómodos, la iluminación excesiva, las imágenes con rostros llenos de dolor sin fin. Por suerte las iglesias están cambiando en esencia, ya posiblemente cerca de donde vivimos contamos con una como siempre ha debido ser: un lugar que invite al recogimiento, que nos abrace y nos vacíe de las cosas del mundo y nos conduzca dulcemente a nuestro interior.
Las iglesias diseñadas de está manera logran el objetivo primordial: nos invitan a entrar fuera de horario. Cuando sólo el lugar suficiente, porque lo es Todo... hemos dado en la diana.
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