Después crecemos y el armario se convierte en aquello que guarda lo que más nos define y es fiel reflejo de nuestra identidad : nuestra ropa. Hay todo tipo de armarios:
* Los tímidos, que quieren pasar desapercibidos.
* Los soñadores.
* Los transparentes, que no guardan ningún secreto.
* Los romáticos empedernidos.
* Los de cuentos de princesas y hadas.
* Los fashions que siempre están a la vanguardia.
* Los poetas.
* Los de cierto afán periodístico.
* Los calculadores y matemáticos.
* Los artistas... en resumidas cuentas son como nosotros mismos....
La mayoría de los armarios empotrados suelen ser bastante impersonales, cuando la puerta de éste es a juego con la puerta de paso. Cuando a uno le gusta el diseño moderno y minimalista, donde no hay adorno alguno, este tipo de armario queda perfecto porque está bien integrado en el conjunto; su función es pasar desapercibido. Pero cuando lo que nos gusta es el detalle, el adorno, el destacar de algún modo, hay que conseguir que ese armario salga de su anonimato.
Hay muchas manera sencillas de convertir un armario soso en un armario vital,que diga :
" Aquí estoy." pero sin gritar... sino con una agradable sonrisa. Os muestro algunas manera posibles:
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