Esas oficinas, dentro de nuestros hogares, dedicadas al trabajo personal pueden ser muy diferentes según el tipo de persona y las posibilidades de la vivienda; no todo el mundo dispone de una habitación para dedicarla a dicha tarea, pero lo que sí debería de ser común a todas ellas es que tienes "llenarla" de lo que te gusta para que así estar en ella sea placentero. Porque no todos somos iguales, así también nuestros hogares nos reflejan y son un espejo donde mirarnos. Y para muestra un botón:
LA SENCILLEZ DE LO SIMPLE.
Hay en casos que la sencillez de lo simple es la marca de fábrica. Puede ser un simple rincón de la casa, sencillo pero no exento de encanto; un espacio amplio pero lleno de vacío porque es así como se sienten a gusto e inspirados. Aquí el blanco siempre gana.
SENCILLEZ PERO CON EL PESO DE LA MADERA.
Los amantes de la sencillez y de la madera lo combinan sin perder su encanto... pero un poco menos ligeros que los ambientes blancos.
RODEADOS DE ESOS PEQUEÑOS DETALLES.
Otros en cambio son lugares sencillos pero ya con algunos objetos personales y evocadores, pero todo orden y en su justo lugar.
PURO MINIMALISMO A LO GRANDE
Hay habitaciones dedicadas por completo a esta tarea, meticulosamente pensadas y ordenadas, llenas de orden y de una ordenación milimétrica. Nada está al azar.
FÁBRICAS DE SUEÑOS.
Y por último las habitaciones llenas de inspiración y creatividad allí donde pongas los ojos todo llama la atención. Nacen poco a poco, se van haciendo con el paso del tiempo, con todos aquellos objetos que se van incorporando y renovando al mismo tiempo.