En el post anterior presenté un proyecto de salón-comedor mezclando estilos, ésta es una tendencia muy de moda actualmente y podría convertirse en un estilo por derecho propio, pues ofrece muchas ventajas, no sólo el poder encajar piezas de diferentes estilos sin renunciar a ninguna de ellas, sino que aporta juventud y frescura.
Si entramos en una casa de estilo clásico toda pintada en blanco con muebles modernos minimalistas lo primero que sentiríamos es sorpresa y lo segundo es frescura y jovialidad. En cambio si sus muebles fuesen clásicos, por muy bien ambientada que estuviese no produciría esa sopresa de algo nuevo y fresco.
Si entramos en una casa minimalista con fachada en bloques suspendidos y al entrar vemos que algunas piezas que combinan con el ambiente son de un estilo clásico, este toque le darán al ambiente cierta seriedad y aplomo pero sin pesadez.
Y así con múltiples combinaciones tanto de estilos como piezas interiores... A los que nos apasiona la decoración nos gustan muchas piezas de diferentes estilos sin renunciar a ninguna de ella; ahora más que nunca podemos juntarlas y así podemos colocar una mesa de estilo clásico en madera de castaño, teñida en color nogal con unas sillas modelo Louis Ghost de Philippe Starck en polipropileno, o un sofá rojo en un salón clásico lleno de molduras y forrados de pared; o una mesa maciza rústica con sillas Eames y sobre ellas dos lámpara de araña... etc...
Veamos ejemplos:
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